En transilvania hay un lugar que a muchos les dará más miedo que el mismísimo castillo del conde drácula. excavado a 120 metros bajo el suelo de esta popular región rumana existe el parque de atracciones más extraordinario, oscuro y claustrofóbico que te puedas imaginar
Enclavado en una antigua mina de sal, ‘salina turda’ cuenta con un enorme lago subterráneo, un spa, una espectacular noria de madera, un auditorio e incluso un campo de futbol entre sus atracciones, todo ello iluminado con potente neones que le confieren un aire inquietante.
El primer documento que confirma la existencia de la mina de sal de turda data del año 1271. durante siglos se convirtió en una ingente fuente de recurso, además de un lugar de recreo en el que los ricos y poderosos se daban regeneradores baños de sal.
Todo cambió a finales del siglo xlx, cuando la competencia de otras minas provocó que turda redujese su producción al mínimo hasta su cierre definitivo en 1930. entre 1948 y 1992 una de sus galerías fue usada como lugar de curación para quesos. ese mismo año, la mina abrió por primera vez sus puertas a los turistas reconvertida en un peculiar centro de ocio.
Por poco más de dos euros, los valientes que se acerquen a turda pueden descender hasta las entrañas de la mina y explorar sus cinco galerías. además, pueden disfrutar de un paseo en barca en un espectacular lago subterráneo situado a más de 120 metros bajo tierra.
Completamente renovada en 2009, la mina tiene una temperatura constante de entre 10 y 12 grados centígrados y una humedad superior al 80%, lo que la hace un lugar ideal para los alérgicos
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